Isabel II

La razón por la que la Reina Isabel II podía conducir sin carnet

La razón por la que la reina Isabel II podía conducir sin carnet
La razón por la que la reina Isabel II podía conducir sin carnet

Nadie duda de que ser rey tiene sus privilegios más allá de las obligaciones, y la reciente muerte de Isabel II es un buen momento para preguntarnos sobre algunas de estas ventajas de los monarcas como por qué ella la Reina Isabel II podía conducir sin tener un carnet como los demás.

En efecto, numerosas veces la vimos desplazarse en su coche aún sin un permiso. Incluso cuando era más frecuente verla cómodamente sentada en el asiento trasero, de vez en cuando también ella conducía el coche. ¿Cómo puede explicarse que la Reina condujera sin un carnet para hacerlo y por qué a nadie le escandalizaba el tema?

Por qué Isabel II podía conducir sin carnet

Como decíamos, durante su larga vida vimos a Isabel II disfrutando de modelos de Rolls-Royce, Bentley, Jaguar o Land Rover. Todas marcas inglesas, lo que se relacionaba con su estatus y con la relación que debía mantener con los fabricantes instalados en su país.

Anteriormente había aprendido a conducir durante su estancia en la rama femenina del Ejército británico, en el Servicio Territorial Auxiliar. Fue allí mismo donde ofició como voluntaria y obtuvo conocimientos en mecánica como la reparación de motores y el cambio de ruedas.

Probablemente lo hayas adivinado, y es que existen leyes en el Reino Unido que excluyen al soberano o soberana de las regulaciones y normativas que afectan a los reglamentos de circulación por su territorio, a pesar de que los carnés de conducir se emiten a su nombre. Básicamente nadie puede exigirle un requisito como éste a la Reina porque va contra la lógica de la monarquía británica.

El caso de Isabel fue especialmente llamativo porque llevaba conduciendo desde los 19 años y lo hizo hasta entrados los 92 años. Únicamente renunció a ello en 2019 como consecuencia de un accidente de su marido Felipe, duque de Edimburgo, en Sandringham. Afortunadamente el incidente no tuvo consecuencias pero tanto el consorte de Isabel II como ella misma decidieron abandonar los coches.

Como la Reina era una auténtica fanática de los automóviles, siguió conduciendo normalmente pero sólo dentro de las residencias oficiales. No fue sino hasta pocas semanas antes de su fallecimiento que abandonó definitivamente la costumbre de ir detrás del volante.

Y esa es la explicación de por qué condujo durante más de 70 años sin nunca necesitar un carné habilitante para ello.

Como sabemos, el 8 de septiembre, a las 18.30h, en hora británica, Londres anunció la muerte de la Reina Isabel.

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